
La niñez es una etapa en la que aun se está en una íntima relación con el espíritu, una etapa llena de humildad, alegría, sencillez, felicidad, candor, diversión, sinceridad, júbilo y tantas expresiones más, con las que se manifiesta el espíritu en completa armonía.
Ofrezco el siguiente poema a todos los niños del mundo:
Divina niñez.
Delicado, dulce y sereno,
recientemente has venido
desde el núcleo eterno,
dónde siempre has vivido
apacible y tierno.
Eres de color como el añil,
inmerso en el entorno eviterno
y sagrado de tu candidez.
Tu energía ilumina el mundo externo,
enseñas envuelto en sencillez,
a través de la sucesión del amor paterno.
Índigo es tu longitud de onda
y provoca éxtasis a quienes acaricia,
sensación celestial tan honda,
que a todo nuestro ser beneficia.
Aún entre la imperante agonía,
en tus tersas manos está la paz
que el mundo ansía.
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