31 agosto 2014

Destruyendo a nuestros enemigos

En el mundo ideal, ese que algunos llamarían paraíso, o Edén, o Cielo, o nirvana ,o Aaru o incluso elíseo, en ese mundo donde no habrían guerras, y por lo tanto, tampoco enemigos, todos disfrutaríamos la vida tal cual es y para disfrutarla tendríamos que compartir y ayudarnos mutuamente, de manera más sencilla: amarnos los unos a los otros.
Sin embargo, en, el que podemos llamar, mundo real, la cosa pinta diferente porque compartir y ayudar no parecen ser parte de las actividades diarias, sustituidas por una sola, trabajar por dinero, y este trabajo nos ha llevado a compartir y ayudar solo a aquellos que están en nuestro círculo familiar. Y todo aquel que no comparta con nosotros o nos ayude en algo, podría convertirse en nuestro enemigo.
Pero, ¿Acaso no destruimos a nuestros enemigos cuando los hacemos amigos nuestros?, dijo Lincoln. Ahí reluce la clave.
En el mundo ideal, la amistad es la conexión más poderosa para que la vida sea vida y que sintamos que todo lo podemos lograr, así mismo, justo como lo cantaron aquellos tipos de Liverpool, que ante cualquier dificultad me las arreglaré con poco de ayuda de mis amigos, o más simple, porque todo lo que necesitas es amor.
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31 julio 2014

Sin temores

A secas el temor, el miedo y la angustia son sinónimos, ambas palabras identifican a la perturbación del ánimo provocada por el riesgo o daño que esté ocurriendo o pueda recurrir y en otros casos también puede deberse a hechos del pasado.
Sea cual fuera el caso, el temor es producto del pensamiento y a partir de ello se genera una serie de procesos químicos en nuestro organismo que cohíbe nuestra atención y perjudica nuestra salud emocional y física. Es evidente que una persona invadida del temor coarta su propia libertad, porque disminuye la capacidad de pensar y de actuar con inteligencia.
Claramente dicho por Horacio, «Quien vive temeroso, no será nunca libre». Y aquí es donde podemos adentrarnos en terreno pantanoso, algunas religiones provocan ese temor que limita la capacidad de razonamiento en los seres humanos, provocando así algo que podríamos llamar «esclavitud espiritual», infundiendo el llamado temor de Dios, ese ser que es pintado todo amor pero que al mismo tiempo debe temérsele, será cuestión de palabras, más el amor debería ser correspondido con amor y no con temor. Pero en ese campo todo se basa en, como dijo Poncio Pilato, «quod scripsi, scripsi» y no hay más que añadir.
Sin embargo, aquellos que se han atrevido a ir más allá, a hacer volar su pensamiento por los paisajes más maravillosos del librepensamiento, son los que han hecho evolucionar nuestro planeta y después de todo, es de donde también, a veces sin ellos saberlo, los religiosos se sirven.
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24 julio 2014

Dueños de la propia vida

Desde hace muchos siglos, la humanidad sabe muy bien que para mantener una buena relación con los demás, ha de ser dueño de la propia vida y dejar que los demás vivan la suya. Fue hace más de una veintena de siglos que Platón dijo que «La libertad está en ser dueños de la propia vida», y aún así, de generación en generación, se transmite el concepto más no su acción.
Es más frecuente encontrar actitudes contrarias a esta cita de Platón, y  quienes popularmente son llamados entremetidos y, dependiendo de la región de procedencia, otros términos como metido o metiche (ya nos dejaréis en los comentarios cómo les dicen en vuestro país), terminamos siendo casi todos. De modo que ahí encontramos una clara razón de la falta de cohesión entre los seres humanos.
El día que practiquemos aquel proverbio «Vive y deja vivir» iremos conociendo mejor qué es la libertad.
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06 mayo 2014

La razón, la inspiración y el derecho

Víctor Hugo alguna vez dijo: «La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho». ¡Cuánta razón tenía, qué inspirado estaba y lo dijo con todo su derecho!
Uno de los tesoros más grandes para la humanidad es la libertad, y como ese gran escritor apuntó, no se refiere en ningún contexto a la libertad del cuerpo físico, pues todos los que habitamos esta realidad de tres dimensiones, primordialmente, la materia está encerrada en ella y desde ese punto de vista la libertad es inalcanzable. ¿Quién podría liberarse de las leyes físicas? Si alguien se escapa de la ley gravitacional, allá donde se encontrase, en otro lugar del espacio cósmico, estaría siempre sujeto por otras leyes. Así mismo las leyes jurídicas.
En el tercer contexto que nos plantea Hugo, la política, hay un conjunto de derechos que se nos proveen a los ciudadanos que a veces son coartados por la misma política, de modo que en mi opinión, no hay mayor libertad, entre los contexto de Hugo, que la razón y la inspiración.
Gracias a la filosofía gozamos de la libertad por el uso de nuestra capacidad pensante, que aún teniendo nuestro cuerpo aprisionado nadie puede evitarnos usar esta facultad. Y gracias al arte, la inspiración puede ser usada incluso en contra de aquellos que nos esclavizan políticamente... Y como ejemplo de este último punto, cito el calambur más famoso de la historia de la lengua española por Francisco de Quevedo, quien llamó "coja" a la reina Isabel de Borbón.

Isabel de Borbón era realmente coja realmente y le enojaba mucho toda mofa hacia su discapacidad, tras apostar el pago de una cena con sus colegas a que el propio Quevedo tenía el valor de decirle dicho insulto a la cara. Compró Quevedo dos ramos de flores: uno de claveles blancos y otro de rosas rojas, y se presentó ante la reina en la plaza pública en la que ésta se encontraba. Con una cortés reverencia, Quevedo extendió los brazos ofreciéndole a la reina, Isabel de Borbón, los dos ramos de flores, uno sujeto en cada mano. A continuación Quevedo recitó a la reina los dos versos que harían que sus amigos le pagasen la cena de la apuesta. Y dijo así:
Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.
O sea, entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad es coja.
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