31 agosto 2011

Individualidad

La individualidad es la esencia de las entidades humanas, es el ser que está detrás de las acciones de cada persona. En un sentido social podríamos decir que el individuo es la base de la familia y la familia la base de la sociedad, por lo que cada uno de nosotros es la base de bases.

Los demás
 En la estructura social en la que vivimos nos han marcado una separación abismal entre la persona y quienes le rodean. Los problemas sociales se tratan de resolver fuera de nosotros, es decir, nos hacen creer que el problema son los pandilleros, otros políticos, los religiosos que se oponen a algunas leyes, los policías que no hacen bien su trabajo, y así una larga lista de personas o colectivo de personas que juzgamos y exigimos que realicen un cambio.
 Esperamos a que los demás, a quienes tildamos como el problema, sean los que cambien para que mejore la convivencia social. Nadie quiere asumir responsabilidades, porque a quienes se juzgan dirán que no son ellos el problema, que el problema son otros. Si seguimos así, jamás le pondremos fin a esa cadena de actos violentos que giran día a día por las noticias.

El que esté libre de pecado que lance la primera piedra
 Cualquier cambio debe hacerse a nivel personal, ¿cómo vamos a exigirle algo a alguien ni no hemos ni siquiera aprendido a exigirnos a nosotros mismos? No hemos aprendido aquella antigua exhortación famosa que hizo Jesús: "El que esté libre de pecado que lance la primera piedra". Han transcurrido cientos de años y seguimos lanzando piedras, juzgando a los demás sin poner atención a nuestros propios actos.

Nadie debe influir sobre la voluntad de otro
 Se dice que Dios nos ha dado libre albedrío, ¿qué hace entonces un ser humano eligiéndole a otro? Seamos maduros y objetivos, ¿alguna vez alguien se ha encontrado cara a cara con Dios y Él le ha exigido cambiar de conducta? Que yo sepa no hay ninguna evidencia de alguna experiencia como esa. De modo que Dios, en su infinita bondad, nos ha dado libertad para hacer lo que queramos, cómo vamos nosotros a tener el descaro que obligar a otro ser humano a que haga algo a nuestro antojo, es ilógico.

Yo hago el cambio
 Es evidente entonces que el trabajo de cambiar la sociedad comienza y termina en nosotros mismos. No he visto algún presidente de algún país haya resuelto muchos de los innumerables problemas de su nación. Así que deberíamos de una vez por todas, dejar de esperar a que sean otros los que tomen cartas en los asuntos que están afectando tantas vidas, pues el trabajo más grande es con uno mismo.
 Todo esto nos llevará a un mejor entendimiento de quiénes somos y cómo debemos comportarnos con los demás seres humanos y así con el universo mismo. Cada uno de nosotros puede poner todas sus destrezas a disposición de la reorganización del universo, sin importar que los demás lo hagan o no, pues siempre habrá alguien que tendrá los ojos puestos en ti y el ejemplo es la manera más convincente de transmitir esta esperanza. Lo que tú haces influye en todo lo que está a tu alrededor y más allá, compruébalo.
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30 junio 2011

Huye del aburrimiento



Vivir por vivir.
Una señal clara de que solo estás viviendo por vivir, es el aburrimiento. No dejes que se apodere de ti. Necesitas buscar cuanto antes la motivación, y ésta se encuentra dentro de ti, cualquier factor externo te ayudará nada más a acceder a ella.

Variedad.
Existe en el universo una extensa variedad de actividades que podemos realizar. No considero que entre tantas alternativas no te apetezca elegir una y preferir hacer "nada". Es importante para tu propio beneficio y del mundo entero, que adquieras conocimientos y desarrolles destrezas; de lo contrario, no hubieras estado nunca frente a la pantalla de un ordenador. Es decir, el rumbo de toda la invención humana se ha originado a partir de la iniciativa y de las acciones que tomaron las personas que concibieron la idea. Una idea por sí sola no da mayores frutos, más que la posible satisfacción de haberla visualizado, pero pronto se esfuma y queda en el olvido.
No se trata que nos volquemos todos a buscar una pócima que cure instantáneamente el sida, pues cada ser humano tiene prioridades y gustos diferentes (por la misma variedad del universo), sino que contribuyas con las actividades cotidianas que has elegido para tu vida de una forma más consciente. Esa conciencia es la que no permite el aburrimiento.

Motivación.
Después del pensamiento y del deseo, la motivación es el motor que les da la movilidad a las acciones que queremos emprender. Es tarea de cada ser humano, por su carácter individual, descubrir cuáles son los factores que le motivan. Por lo que se hace difícil dar una recomendación de esos factores porque en tanto te diga que leer es una actividad que motiva y estimula el proceso creativo, como lo es para mí, a ti podría desmotivarte inmediatamente con mi sugerencia. De modo que la única recomendación que puedo ofrecerte es que pongas atención a las actividades que estimulan tu deseo de vivir. Si el fútbol es tu pasión y te produce felicidad por existir, entonces trata de de buscar aprisionar esa pasión en tu mente para identificar todos los aspectos sensoriales de sentirse entusiasmado y los puedes aplicar cuando necesites estar motiva, que pronto llegarás a entender que los necesitas en cada segundo de tu vida. Los resultados lo demostrarán.
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01 mayo 2011

El regalo más grande

Una mañana mientras caminaba, iba pensando sobre el proceso creativo. El cual inicia con una idea y a partir de ésta, la posibilidad de establecer conexiones que nos conduzcan hasta exteriorizarlas. Las ideas pueden ser muy variadas y así también la forma en la que se expresan en el mundo exterior. Al final surge una pregunta: ¿qué es lo primordial para que todo este proceso pueda darse? Lo que sea, tiene que ser el regalo más grande que podríamos recibir, puesto que de otro modo, estaríamos fuera de este proceso creativo en el aquí y ahora.

El proceso creativo.
Describo a continuación, a grandes razgos, el proceso creativo de la manera en la que yo lo visualizo.
El inicio del proceso son las ideas. Estas pueden venir de diversas maneras, ya sea que se busquen o no. Por ejemplo, una novia podría estar buscando ideas para saber qué regalarle a su novio para su cumpleaños; pero en otras circunstancias no se tiene un motivo para generar ideas, éstas simplemente vienen a la mente de manera inconsciente. En este último sentido, el factor principal para obtener ideas repentinas es la observación. El hecho de observar induce a la generación de ideas, por lo general en mentes muy analíticas.
Luego de concebir una idea, viene una parte de análisis, el cual se mantiene durante todo el curso, pero aquí tratamos, más bien, de buscar los niveles de riesgos que puedan haber para llevar a cabo todo lo que la idea pueda sugerir hasta el objetivo final. De modo que, es después de este paso donde muchos hemos fracasado. Cuando una idea sugiere una serie de acciones que implican un riesgo grande, decidimos abandonar este proceso en busca de algo menos riesgoso. Los riesgos son parte natural de la vida. Por mínimo que sea, todo implica un riesgo. Sin embargo, superada la fase de análisis, sigue la puesta en marcha, en donde se termina de desarrollar la idea y se está próximo a conocer sus frutos. Es una parte muy importante en este recorrido, ya que es la que termina dándole el nombre al proceso: crear.
Existen diversos enfoques del proceso creativo, he tratado de comentarlo lo más generalizado posible debido a que no siempre el mecanismo puede ser igual, dependerá del tipo de idea y otros factores que incurran en su realización.

El regalo más grande.
Después de ahondar un poco sobre el proceso creativo. Todo este privilegio, todas estas posibilidades que tenemos día a día de generar ideas e intentar llevarlas a cabo, las uní con el requisito necesario para que todo esto sea posible: vivir. Y entonces entendí, con más claridad porqué la vida es un regalo, que para mí es el regalo más grande. Motivo suficiente tenemos entonces, para estar agradecido con el Creador, y recordemos, que como nosotros formamos parte del proceso creativo, también somos creadores.
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28 febrero 2011

Tratar es la puerta a la mediocridad.

Intentos.
¿Cuántas veces trataste de hacer aquello que tanto deseabas lograr? Trataste, pero no lo conseguiste. Trataste y fallaste..... pero trataste.
Ante cualquier fracaso las justificaciones sobran, una de las más comunes es: "al menos traté de hacerlo... no pude, pero traté". A mí me ha ocurrido muchas veces. Me he sentido muy inspiración, hay situaciones que han incrementado mis anhelos y me han recordado que soy capaz de hacer todo lo que me proponga. Cuando he alcanzado un nivel de inspiración alto, intento proponerme firmemente hacer todo lo posible por conseguir lo que deseo, intento poner en práctica todo lo aprendido, intento coger el valor de salir a la calle a enfrentar huracanes y mantenerme en pie, porque quiero intentar conseguir mis sueños... sin embargo, todo queda en intentos.

Mentaliza actuar y no intentar actuar.
Con el tiempo me he dado cuenta que uno de los principales problemas al momento de proponerse conseguir una meta, es el error de programar mentalmente la predisposición de conseguir nuestros objetivos con los verbos intentar, tratar u otro equivalente. Es un error porque cuando no lo conseguimos (que suele ser muy frecuente cuando se ha usado uno de esos verbos), nos justificamos diciendo "al menos lo intenté". Y todos aquellos planes y grandes azañas que nos hayamos podido proponer quedan de nuevo en simples sueños, continuando así un círculo vicioso de querer y no poder... todo por no tener el valor de hacer algo más que intentar.

Intentar es un verbo de acción pasiva, actuar de activa.
La gente de éxito no intenta, sino actúa. Se propone con firmeza cumpir sus planes, sin tomar mucho en cuenta que en el sendero que los llevará al éxito podría estar una encrucijada que los lleve al fracaso. De modo que las frases abiertas anteriormente mencionadas se acotan con "haré equis propósito", "llegaré a zeta meta", "cumpliré con ye plan"... Por supuesto, en el universo existen una infinidad de variables y no podemos tener control de todas ellas, en el camino hacia el éxito podrían ocurrir tropiezos que nos hagan desistir, pero reside en cada uno de nosotros el libre albedrío para ejercer la voluntad de continuar enfrentando la adversidad, las cuales a veces se presentan en grandes magnitudes y aun así siempre existen las oportunidades de éxito, todo dependerá de nuestra disposición a mantener un enfoque mental positivo y que sepamos aprovechar de las oportunidades que el universo nos presente, para ello debemos tener bien claro qué es lo que en realidad queremos.

"Hoy es el día para poder cambiar de actitud.
Ya no trates de cambiar, mejor cambia.
Ya no trates de hacer, mejor haz.
Ya no trates de sonreir, mejor sonrié.
Ya no trates de cumplir, mejor cumple.
Ya no trates de crear, mejor crea.
Ya no trates de actuar, mejor actúa.
Tratar es la puerta a la mediocridad.
El universo es acción
y si no te unes al ritmo de este movimiento,
solo mirarás a otros triunfar".
Xtiam Morales.

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26 enero 2011

La procesión de los meses.

Enero, febrero... noviembre, diciembre, ¡feliz año nuevo!, enero, febrero...

Órbitas muy bien definidas.
Mientras la Tierra danza frente al Sol, rodeándole, unidos por una fuerza inagotable, cada habitante de ese planeta azul llamado Tierra, es rodeado por sus pensamientos danzantes, parte de ellos son sus deseos, más sin embargo, éstos no son necesariamente metas concretas. Hay un conflicto evidente entre nuestros deseos y las metas.

Mientras los terrícolas caminamos hacia todas direcciones en un aparente caos, la Tierra tiene movimientos específicos, hay una fuerza de atracción suficientemente grande que le dibuja una órbita al rededor del sol, repitiendo este proceso indefinidamente. Y nosotros, los habitantes, vivimos cada uno en su órbita, las cuales lastimosamente, no tienen una fuerza definida que les dé forma para llegar a una meta concreta.

Los cambios son importantes cuando se ejecutan para mejorar, y como los seres humanos no somos planetas, podemos cambiar nuestras órbitas a nuestro antojo, pero insisto, solo si esos cambios son para ayudarnos a marcar un sendero que nos lleve a conquistar nuestras metas, las cuales, más que simples deseos, son sueños bien definidos con el propósito inherente de ser alcanzados.


La escala del tiempo.
Existe un factor que engaña la precepción de ubicación de las metas en el tiempo, es su escala o manera de medirlo. En la actualidad, la medición del tiempo está dado en porciones pequeñas: segundos, días, semanas, etcétera; escalas medianas que en el mundo occidental son los meses, bimestres, trimestres, semestres y años; y escalas mayores que son los lustros, décadas, siglos, etc. El peor error después de conocer cuál es nuestro propósito principal en la vida, es creer que tenemos toda la vida para realizarlo, pero... ¿qué es toda la vida? Necesitamos ubicarlo en la escala de tiempo y decir: "mi propósito de vida debe ser alcanzado a la edad de treinta años", por ejemplo. Cada meta es diferente y depende de un gran número de variables para ser alcanzada, debemos por lo tanto aprender a asignarle un tiempo a cada uno de nuestros proyectos.

El error de posponer nuestras actividades es otro muy común. Iniciamos cada año imaginando un sin fin de objetivos que quisiéramos ejecutar antes del próximo diciembre, y como no les asignamos un tiempo, a medida que pasan los meses los aplazamos. Cuando llegamos a la mitad del año nos asustamos de lo rápido que pasa el tiempo, más sin embargo decimos: "aún tengo todo el resto del año para realizarlo". Y así se pasan los meses y llegamos al fin del año repitiendo la misma historia.

Un tiempo para cada actividad y para cada actividad un tiempo.
Dedica un tiempo para hacer planes: establecer proyectos con sus objetivos y el período en que se van a realizar. Cuando un proyecto es muy grande se debe segmentar para asignarle tiempos más cortos a fin de evaluar los resultados y conocer si debemos acelerar el paso o recurrir a otros medios para cumplir nuestro propósito final.

En conclusión, debemos tomar un tiempo para planear nuestras actividades y asignarles el tiempo que tomará realizarlas, para que así no nos dejemos arrastrar por la procesión de los meses y solo veamos a otros triunfar.
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