Como la luz, como el sonido,
así se desplaza tu espíritu
por el espacio y el tiempo,
por los umbrales de divinidad.
No hueles el sonido, ni escuchas la luz,
no miras tu espíritu;
pero así como por la luz ves los colores,
y escuchas a un torogoz cantar,
así se manifiesta tu espíritu
trascendiendo de los sentidos.
Acelera la velocidad,
para modular las frecuencias
en las que te manifiestas,
ayudando a crear un campo
de paz y armonía en expansión.
¡Que el campo englobe la Tierra,
que siga expandiéndose entre las galaxias,
hasta que alcance el infinito!
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