"¿Por qué todo me tiene que salir mal?", "Total, siempre de un momento a otro me termino enojando", "No sirvo para nada", "¿De qué sirve intentar hacer las cosas bien?", "Qué horrible se ve con esa camisa", "Sabes que, mejor vete, fuera de mi vista", "Ya no soporto más, quiero morir"...
Es posible que en alguna ocasión hayas dicho frases similares a las anteriores, pues en el recorrer de la vida experimentamos diversas situaciones, algunas acrecientan nuestra satisfacción y otras no. De las que no nos producen satisfacción tenemos mucho que aprender. Cuando se viene una oleada de sentimientos que no favorecen nuestro equilibrio, hemos de tener presente la duración de esa inestabilidad hasta lograr de nuevo el equilibrio. A ese lapso desde la inestabilidad hasta la reposición le llamo tiempo de reacción cognoscitivo-espiritual.
En algunas ciencias aplicadas, el tiempo de reacción es el tiempo que tarda el cuerpo reaccionar ante un estímulo. Pero, en esta oportunidad, hablo del tiempo que nos tardamos en recapacitar después de una circunstancia que haya trastornado particularmente nuestras emociones. Algunas veces llamamos a ése tipo de situaciones: "problemas".
Los seres humanos estamos en constante búsqueda del equilibrio emocional. Si surge un desequilibrio, la tendencia es hundirse más en los sentimientos que atraen más desequilibrio, de modo que no se logra obtener estabilidad, sino un desmoronamiento entre sentimientos perjudiciales. Por el contrario, cada vez que se presenta una situación que atente contra el equilibrio emocional, se deben utilizar todas las herramientas que se disponen para emerger de lo que cause insatisfacción. Considero a la meditación como una de las herramientas más poderosas para conectarnos con nuestro yo superior, quien es una fuente de soluciones a todo lo que consideremos problemas. Pero sea cual sea la técnica que apliquemos o que improvisemos ante una situación que atente contra nuestra estabilidad, utilicemos ese conocimiento para que el tiempo de reacción sea muy breve.
“No derroches tu tiempo en el sufrimiento. El sufrimiento es un despilfarro que te lleva a la involución”.Xtiam Morales
De modo que si el tiempo de reacción cognoscitivo es breve, tendremos más tiempo para disfrutar de nuestro equilibrio emocional, seremos más productivos, evitaremos enfermedades, fomentaremos mejores relaciones interpersonales y creceremos espiritualmente.
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