Apago la luz de mi hogar,
apago por una hora la luz de Quiero SER libre,
luz proveniente de corriente eléctrica.
Sesenta minutos para que el mundo se equilibre
y aquietar toda esta vida frenética.
Aun el mundo es corregible.
Apago la luz, no obstante,
la luz divina de nuestro interior
sigue asidua e inmutable.
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